RANDAZZO Y LA
REVOLUCION FERROVIARIA QUE NO FUE
Randazzo había prometido una “revolución
ferroviaria”, pero tras estatizar parte del sector, decidió concesionar las
líneas Mitre, San Martín, Belgrano Sur y Roca, incluyendo el servicio que une
La Plata y Constitución.
Diez años de desinversión, millones de pesos dilapidados en
subsidios y corrupción, un exsecretario de Transporte y un empresario
procesados pero aún en libertad, un choque: 51 muertes. En nueve días se
cumplirán dos años de la tragedia de Once, y ayer, como recordándonos a todos
la fatídica fecha y los motivos por los cuales se desató, Florencio Randazzo
decidió volver a entregar la concesión de los trenes a sus empresarios amigos.
A través de una resolución publicada en el Boletín Oficial,
el Ministerio del Interior y Transporte cedió la operación de las líneas Mitre
y San Martín al grupo Roggio, que ya controla Metrovías (subte), mientras que
la compañía Emepa tendrá a su cargo las líneas Belgrano Sur y General Roca. Sí,
la misma que une Constitución y la Estación de La Plata, y la que miles de
trabajadores y estudiantes toman todos los días para (intentar) llegar a
destino.
De a acuerdo con la resolución, quedaron disueltas las
Unidades de Gestión Operativas UGOFE y UGOMS que habían sido creadas ante la
emergencia de operar el sistema cuando se dieron de baja las concesiones.
El nuevo esquema implica también que el gobierno transfiere
parte de la responsabilidad por la prestación del servicio al sector privado.
Ayer, sólo el Estado, es decir, el funcionario a cargo, era el responsable ante
cualquier siniestro. Hoy, esa culpa será repartida con los empresarios.
Desde la Casa Rosada intentaron justificar la
reprivatización asegurando que las compañías beneficiarias deberán presentar un
plan anual con detalles de la prestación, que tendrá que incluir datos sobre la
frecuencia de los trenes, el mantenimiento y la limpieza de las estaciones. De lo
contrario, se impondrían sanciones. ¿Sanciones? ¿A sus amigos? Ningún
funcionario controló, nunca, el desastre que se iba produciendo lentamente
sobre las vías argentinas. Nada cambió desde entonces. Solo promesas y pasos en
falso.
Fuegos de artificio
Desde la ONG Salvemos al Tren recordaron a Hoy que, en
realidad, “el gobierno nunca había nacionalizado los servicios”, y pese a
repudiar la privatización, entendieron la medida como una continuidad de la
política de la Casa Rosada, que no tiene 10, sino veinte años de desidia y
desmanejo, desde Carlos Menem hasta el fin del ciclo K. “Las medidas que anunció el gobierno en
realidad fueron fuegos de artificio”, señalaron, aunque advirtieron que “lo que
ha cambiado ahora es la responsabilidad civil. Al haber un operador
responsable, ésta ya no será sólo del Estado”. Las buenas intenciones, sin
embargo, se diluyen en su implementación: “Seguramente el concesionario va a
crear alguna sociedad anónima, una empresa fantasma, y no va a pasar nada”.
María Luján Rey es madre de Lucas, el chico de 20 años que
murió en el tren Sarmiento, y hoy se encuentra convocando a la jornada de lucha
en Plaza de Mayo por los dos años de aquel fatídico día. Y por los dos años de
impunidad. “Que raro que semejante anuncio no amerite una conferencia de las
que acostumbra el ministro”, se preguntó ella, molesta porque, según confesó a
nuestro diario, “el gobierno nos ha abandonado desde el primer momento”. Las
conferencias, parece, solo se utilizan para cuestionar a los enemigos políticos.
O para anunciar “revoluciones”.
La contradicción
"Puedo asegurar que, cuando todo eso esté funcionando,
se va a notar una verdadera revolución en el transporte". Las palabras de
Florencio Randazzo del 14 de enero 2013 resonaron fuerte hoy, pero por su
contradicción, cuando el Ministerio de Interior y Transporte anunció que
empresas privadas serán las encargadas de operar los trenes metropolitanos.